Con
este título describo los apenas 10 diez que llevo en el colegio. Son tantas las
emociones que estoy viviendo y cada una de ellas más gratificante que la
anterior que me está empezando a dar miedo el día que me toque marcharme del
colegio y despedirme de esos 26 maravillosos y cariñosos alumnos que he
conocido. Y sé que ese día cada vez está más cerca pues por desgracia ya
estamos en el ecuador de nuestras prácticas.
Pero
no solo los alumnos son lo gratificante, también el día a día en la escuela.
Todos los días aprendo algo nuevo. Esta semana he podido asistir a mi primer
claustro y a mis primeras reuniones con los padres.
Estos
últimos fueron muy amables por dejarme estar presentes en la reunión. En ella
pude observar como mi tutor se enfrenta a las situaciones que van surgiendo con
los padres y como plantea la reunión; la hace muy distendida e incluso el alumno
asiste a ella por lo que este sabe en todo momento lo que el profesor le está
comentando a sus padres y puede intervenir, dar su punto de vista y a la hora
de tomar alguna decisión referida a su rendimiento escolar este también opina.
Además,
por primera vez, también he podido contemplar un conflicto entre dos alumnos
que surgió mientras estaban jugando al fútbol y como los dos tutores de las dos
clases se pusieron de acuerdo para tomar las medidas oportunas para
solucionarlo.
Esta
semana he realizado también mi primer mini control y lo he corregido. Al principio
cuando mi tutor me encomendó esta tarea no sabía qué hacer, se me pasaron
muchas cosas por la cabeza del tipo ¿lo haré bien? ¿Estaré a la altura de lo que
él me pide? Pero enseguida todo eso desapareció gracias a las instrucciones que
me dio. Me explico la mecánica que él tenía a la hora de elaborar un mini
control y la puntuación que solía darle a cada pregunta y si restaba nota por
las faltas de ortografía… por lo que me resulto mucho más fácil realizarlo y además
lo hice con mucho gusto e ilusión.
Al
margen de todo lo anterior, si de algo estoy segura y si algo tuviera que destacar
ya no es solo la multitud de sucesos que me están pasando día a día, es sobre
todo la gran mayoría de cosas que estoy aprendiendo gracias a esas 26 personitas,
las cuales están en una edad difícil, la pre-adolescencia, y con lo que hay que
lidiar todos los días, pero que enseguida eso pasa a un segundo plano cuando te
planteas todos los días numerosos interrogantes gracias a las contestaciones que
tienen, a las propuestas que ellos mismos te recomiendan cuando tienes que hacer
una actividad, por ejemplo son las chicas las que esta semana han realizado una
coreografía para el día de la Paz y se la han enseñado el resto de sus
compañeros. Pero mi sorpresa fue cuando todos los alumnos de la clase, chicas y
CHICOS, participaban en ella sin que ni el tutor ni yo tuviéramos que decírselo.
Y así, infinidad de cosas.
Destacar
igualmente, la infinidad de cosas que mi tutor me está enseñando, después de
cada situación a la que se enfrenta, de cada decisión que toma, me explica el
por qué ha actuado de esa forma y no de otra, que le ha llevado a tomar esa decisión
y no otra y así multitud de interrogantes que me plantea diaria y
constantemente y a los que yo interiormente le planteó solución y si me queda
alguna duda o curiosidad o veo que ha hecho algo que me ha llamado la atención le
pregunto el por qué de eso y siempre me responde sin ningún inconveniente e
incluso, en ocasiones establecemos un diálogo sobre esas cuestiones.
En
definitiva, decir que cada día estoy más a gusto y segura que nunca me
arrepentiré de estudiar esta carrera y de ejercer de maestra en un futuro.
Pues todos esos aprendizajes son de los que debes tomar nota, reflexionarlos y aprender. Así haremos válido el título de este blog....de la práctica a la teoría ...y viceversa. ¿no?. Estupenda entrada!!!
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